En el transcurso del periodo inicial se ha podido observar que una huerta escolar podría ser un recurso excepcional en lo que se refiere a la producción de verduras frescas. NO es una fuente de riquezas, pero tiene una gran ventaja. Pudiendo así aprovechar también el espacio verde que nos ofrece el establecimiento.
Se consideró oportuno realizar este proyecto para promover el trabajo grupal con los niños y padres, aplicando técnicas grupales, para favorecer el diálogo, colaboración y la ayuda mutua. En este proyecto intentaré despertar en los niños la valoración acerca de las producciones o producido por ellos, en el marco de diferentes situaciones y momentos de la vida escolar.
A través de esta experiencia el niño descubre que la huerta y lo que sembramos necesita de sus cuidados, y respetar ciertas normas para el cuidado de la huerta Ej.: caminar por los senderos, no pisar los canteros, respetar el clima (si llovió, no regar), sacar los yuyos perniciosos, tiempos de crecimiento. De esta manera empieza a valorar su trabajo, descubre el valor de trabajar en equipo.
Comenzamos armando una flor con cartón para adornar nuestro cantero y preparando “ojos” para cuidar a las semillas sembradas.
Luego sembramos perejil y rabanito. Una vez por semana nos acercamos a la huerta para ver las avances y si es necesario regamos.
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